Este tumor se origina normalmente en los labios de la vagina. También puede originarse en el clítoris o en las glándulas cercanas a la abertura vaginal.
La células cancerígenas crecen lentamente en la piel de la vulva, esto se denomina neoplasia intraepitelial vulvar o displasia, pero no siempre da origen a un tumor.
El pronóstico de esta enfermedad es peor si el tumor llegó a los ganglios inguinales o si se ya se diseminó a otras zonas del cuerpo, en estos pacientes la tasa de supervivencia es del 60%. Si el tumor no llegó a los ganglios y es operable la tasa de supervivencia se incrementa hasta el 90%.
Los factores de riesgos asociados a padecer cáncer de vulva son: infección del virus papiloma humano (VPH); sufrir cambios cutáneos crónicos como liquen escleroso o hiperplasia escamosa; antecedentes de cáncer cérvix o cáncer vaginal; consumo de tabaco.
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