Un estilo de vida saludable ayuda a prevenir el cáncer. Si incluimos en nuestra rutina una dieta rica en legumbres, frutas, vegetales, menos grasas, especialmente de origen animal, acompañada de un poco de ejercicio diario, de no fumar y de no beber alcohol, rompemos algunas de las papeletas ¨necesarias¨ para padecer este cáncer. Esto no quiere decir que abusemos de ello: antiguamente, se creía que el consumo excesivo de tomate eliminaba las posibilidades de padecer cáncer de próstata y como nos podemos imaginar, eso es un completo mito pues lo que realmente puede provocar un exceso de tomate en nuestras dietas es una apendicitis.
Otro mito que va de boca en boca es que: ¨con ultrasonido se puede identificar el cáncer de próstata¨, esto es falso. Lo que hace el ultrasonido es ayudar a estudiar la vejiga y el tamaño de la próstata (si hay cáncer, el tamaño de la próstata será mayor, aunque no es una prueba concluyente), pero NO identifica el cáncer ya que este se sospecha a través del PSA* y del tacto rectal.
Para acabar, se han demostrado mediante estudios estas dos cosas: los hombres afroamericanos constituyen un grupo de mayor riesgo para desarrollar la enfermedad; y que los hombres que más sexo practican, tienen un riesgo menor de desarrollar cáncer de próstata.
*PSA: sustancia que produce la próstata y cualquier enfermedad ocurrida en esta aumenta la producción de PSA, desde un aumento exagerado y benigno de la próstata hasta un cáncer o una infección.
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